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La miro, la observo
le canto, le grito por dentro
La insolencia de su belleza
Que perturba sentimientos.
No se de su origen, mi señora
Si será, pija, pituca o patrizinha,
Soltera, casada, viuda o divorciada,
No deseo saber, porque será siempre una rosa
Pero ahí la veo atrevida, en sus encantos
Dejando su perfume entre ropas y colores.
Perdone mi señora
La osadía de mis letras
No achaque en mi la culpa
Sabedora de sus encantos
La miro cuando me mira
La observo cuando camina
Le canto en mis silencios
Me adueño de sus secretos.
Ay!! Mi señora
Como violar quisiera
El respeto que se merece
Aun en mis sueños quisiera
Tocarla por donde quiera
Besarla sin miramientos.
Tan solo en mi queda, su mirada dulce,
Tímida, que guardan mil secretos en la mente.
Ay!! Mi señora, no hay ninguna igual a su hermosura,
Es atrevida, malcriada, e insolentemente bella
Insensible a las letras de este humilde poeta
Que va dejando huellas constantes de impotencia
…al pasar por su vereda.
Ay!! Mi señora, si tan solo fuera espíritu
Cruzaría sus cristales, sus anuncios ofrecidos
Destruyendo el traspaso de productos no queridos.
No destruya ud. mi esquina, con su nada y sus vacíos
La demandaré ante los poetas de la sociedad muerta
Por hacerme sufrir su indiferencia a mis propias letras…
No se vaya ud. señora….porque…
Le hace daño a un poeta