Hace dos meses corrió una noticia por Internet. Un diccionario británico, el Merrian-Webster, decidió incluir el verbo “googlear” (“to google”) en su última edición. Ante esto, y sin perder tiempo, Google decidió emitir una carta a distintos medios comunicándoles del cuidado que deben tener al utilizar su nombre como verbo.
Esto mermó un poco la imagen de Google, pues la empresa exigía que solamente se utilice el verbo “googlear” cuando exprese “la búsqueda de información en Google” y sólo en Google.
Desde mi punto de vista, al igual que el de muchos, Google actuó equivocadamente si tomamos en cuenta la imagen empresarial que tiene: sociable, colaborativa, innovadora, irreverente, fresca, etc.
Sin embargo, también había que poner la pesa en el otro lado de la balanza y desde este punto de vista opuesto, ya conocemos que sucede con las marcas que se vuelven genéricas: algunas mueren de éxito.
Este es el caso, por ejemplo, de Jacuzzi, que incluso apareciendo en el diccionario de la RAE, muy pocos saben que Jacuzzi es el fabricante más importante del mundo de bañeras de hidromasaje.
Y aunque parezca que el éxito de una marca provoca su “genericidio”. Esto en realidad puede ser una ventaja. Ayer Seth Godin ha publicado en su blog un punto de vista 100% marketing del permiso y que ha llamado mucho mi atención.
Básicamente lo resumo con estas preguntas: ¿Qué piensas? ¿Es mejor tener el problema de Google ó ser ask.com y que nadie nunca hable de ti?.
Podemos reponernos de un Genericidio
La mejor cosa que se puede inventar y que se puede decir, es una idea que necesita un nombre. Cuando inventaron el Jeep ®, no existía cosa alguna como la 4x4. El Jeep se hizo el nombre para aquella idea.
Todos podemos reponernos de un inminente “genericidio”. Pero de lo que no podremos reponernos, es de un nombre torpe y de dificultar que el producto se extienda. Es el caso de Xerox, una marca exitosa que no vacila en su empeño de recomendar a los consumidores “fotocopiar” en lugar de “xeroxear”.
La clave: Producto innovador y Nombre especial
Si bien la calidad de un producto o servicio es lo que más importa, entiendo que ante un producto innovador, siempre es mejor ponerle un nombre especial, único y que sea fácil de recordar.
En su post, Seth Godin menciona un par de ejemplos, el caso de Bikini, una marca comercial que con el tiempo se convirtió en el nombre de la prenda más pequeña que la ropa de baño. O el caso del iPod una marca comercial (de Apple) que ahora es sinónimo de un reproductor de mp3.
La marca especial de un producto innovador más su éxito da como resultado el nombre genérico del producto y éste es el problema que todo emprendedor quisiera tener.
Harto exagerada la respuesta de google. Después de todo d
De acuerdo Pancho, como que esa reacci