El día de ayer Sábado la campanas de nuestra catedral anunciaron la partida de uno de los seres humanos más trascendentales de nuestro siglo. Sea cual fuere la creencia religiosa, el mundo entero se detuvo por un instante al recibir la noticia. En el Perú, nuestra tradición católica oficial apareció con más fuerza que nunca, para guardar luto por aquel hombre que tocara la vida de muchos.
El día de ayer Sábado la campanas de nuestra catedral anunciaron la partida de uno de los seres humanos más trascendentales de nuestro siglo. Sea cual fuere la creencia religiosa, el mundo entero se detuvo por un instante al recibir la noticia. En el Perú, nuestra tradición católica oficial apareció con más fuerza que nunca, para guardar luto por aquel hombre que tocara la vida de muchos.
Karol Wojtyla o mas bien El Papa Juan Pablo II, nació cerca de Cracovia - Polonia, siendo el papa más joven del siglo XX y además el primero no italiano en más de 450 años. Electo en 1978, pasó a ser uno de los rostros más conocidos del mundo. Su odisea cubrió más de 120 países, permitiendo que la blanca imagen del pontífice concentrara una cobertura mediática nunca vista con anterioridad. El "Papa peregrino" como lo bautizaron los católicos, recorrió más de un millón de kilómetros, en un centenar de viajes que no excluyeron al Perú.
El Papa Juan Pablo II visitó nuestro país en dos oportunidades, en momentos de violencia y sobresalto por la presencia terrorista. Sin temor y sin duda arribó a nuestro suelo para compartir su mensaje de paz, que ahora los fieles recuerdan con pasión.
En sus últimos días y a pesar del largo sufrimiento que le trajera su enfermedad, nos dejó con un mensaje sincero: "Soy feliz, séanlo también ustedes". Pues, como ya una vez nos dijo:
"Me voy, pero no me voy,
me voy, pero no me ausento
porque, aunque me voy,
mi corazón se queda con vosotros."