Desde que llegaron las métricas y nos dieron el poder de medir, medir y medir; quedó muy claro que antes de cualquier cosa, un buen analista debe conocer sus objetivos. Aquellas metas a las que apuntan todos nuestros esfuerzos y en éste caso particular el final de una serie de pasos que un usuario debe realizar en nuestro sitio, para alcanzar la tan ansiada conversión.
El embudo de conversión de objetivos, nos permite seguir la secuencia de páginas que esperamos que un visitante consulte en camino a realizar dicha conversión. El ejemplo clásico, un proceso de adquisición de comercio electrónico, en donde nuestra URL objetivo vendría a ser la página de confirmación de compra. ¿Y cuál sería la secuencia de páginas? Para nuestro ejemplo, las siguientes:
- La página de proceso de compra y pago (como por ejemplo añadir un producto al carrito)
- La página de dirección de envío (en donde también puede dejar otros datos personales)
- La página de elección de método de pago (por ejemplo, en donde añadir los datos de la tarjeta de crédito) y consecuentemente, el pago
- La página de confirmación de pedido (página objetivo, introducida como "URL del objetivo")
De forma gráfica, sería algo así...